A veces, confundido en este corre corre, el día a día, me pregunto si soy la misma persona de cinco años atrás. A pesar de que mi entorno no ha cambiado mayor cosa, el destino me regalo dos vidas. Si por un lado me invade la nostalgia de mis épocas de atleta, o quase atleta y añoro el ímpetu con que iniciaba un nuevo deporte extremo, por otro lado, me sorprende la serenidad y la energía que dispenso a ciertas actividades.
La obsesión por el cuerpo perfecto, o por lo menos sin barriga, la comida sana y todo lo que la generación salud predica, no son el medio para encontrar la felicidad. No quiero caer en la soberbia de dar la receta de la felicidad, sin embargo, cada uno es responsable de convencerse donde empieza y termina su placer.
Me doy cuenta, de que haber adquirido la EM, quien sabe cómo, no es para mí una nueva experiencia, sino, un cambio de ruta galáctica, que modifico mi órbita elíptica para siempre. Fue algo que me cambió para siempre, física y espiritualmente. Y en este viaje a las estrellas, no he estado solo. Gracias a Dios.
La vida me está enseñando varias lecciones cada día. Lejos de perder una batalla, me toca mantener vivas mis utopías, sin apartarme de la realidad de mi existencia. No todo heroísmo se paga con la sangre, existe el heroísmo cotidiano, no el que reta a la muerte sino el que exprime la vida.
Parece que vivo varias vidas, donde hay elementos constantes que limitan mi horizonte. Invento sueños, desafió realidades y estoy a gusto con el resultado. No puedo negar que hayan conflictos o penas, entre tanto, me siento ajeno a los prejuicios, gozo de la sensualidad y de la pasión, que me dan fuerza y satisfacción, absorbiendo nutrientes de los hábitat ecológicos.
No quiero cambiar el mundo, ni virar héroe, quiero dedicarme a las pequeñas ilusiones, a los grandes sueños y a las personas que me quieren.
Y como dijo el filosofo aleman Nietzsche " Aquel que tiene un porque para vivir, puede soportar casi cualquier como"
ResponderEliminarEn ntras. vidas tropezamos con escalones faciles o muy dificiles de superar, otros inalcansables, lo importante es el intento.
Adelante Luis!!!
Me gusto mucho leerte en esta entrada. Las cosas pequeñas son a veces las mas maravillosas y en ocasiones no nos damos cuenta de ello. Que bueno que vos si lo hagas.
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