Estar en silla de ruedas es silenciar a las personas cuando pasas.
Estar
en silla de ruedas uno no pasa desapercibido, no se puede esconder, camuflar. Pero al
mismo tiempo te ignoran. Nunca entendí eso. No hace sentido. Es cierto que mis
piernas no funcionan, pero lo demás sí.
Estar en silla de ruedas es amar los elevadores y las rampas. Odiar las
gradas. ¿Alfombras? Solo las voladoras. Imposible tomar un bus aquí en
Honduras, en Estados Unidos, no tuve problemas. Me siento un superhéroe
tercermundista, vivir en el país más pobre de Latinoamérica y estar en silla de
ruedas es para inmortales.
Estar en silla de ruedas es, impresionar a la gente. Tener que explicar a
gente mal educada, que te ha sucedido.
Estar en silla de ruedas es tener un buen humor permanente, solo así se
puede llevar la vida.
Estar en silla de ruedas es tener poca paciencia para la falsedad.
Estar en silla de ruedas es volverse ermitaño.
Estar en silla de ruedas es tratar con gente que no es solidaria, que piensa
que porque estamos sentados podemos estar todo el día. Que no te dan
preferencia en una fila y hasta tratar con gente que nos destrata.
Estar en silla de ruedas es que la gente piense que es normal sacrificarse para ir al baño o que te puedes estacionar en cualquier lado.
Estar en silla de ruedas es tener que comprar ropa al ojímetro, pues no te
la puedes probar, mucho menos entrar en un vestidor.
Estar en silla de ruedas es vivir con el fantasma de hacer pipí en cualquier
lado, pues los baños adaptados son contados.
Estar en silla de ruedas es viajar con más cosas que un bebé. Silla para la
ducha, andador, cojines, ropa extra, en fin.
Estar en silla de ruedas es aguantar que te carguen en los aviones, y si si
se cae, pues que pena, se cayó.
Estar en silla de ruedas es aguantar que los médicos no te hagan caso.
Estar en silla de ruedas es que te abran las dos puertas de una entrada,
como si midieras dos metros de ancho.
Estar en silla de ruedas es rezar para que la puerta del baño pueda cerrar
contigo adentro.
Estar en silla de ruedas es preguntar si existen arquitectos que diseñaron
rampas con gradas o absurdamente inclinadas. Espacios de estacionamiento donde
no puedes bajar tu silla.
Estar en silla de ruedas es no poder ir a la playa, por lo menos en
Honduras.
Estar en silla de ruedas afinar tus sentidos. Solo perdí algunos movimientos,
pero no la conciencia.
Estar en silla de ruedas es esperar que te crezcan los bíceps. Mejorar la
vista, el oído. Ser más sentimental.
Estar en silla de ruedas es vivir y disfrutar, disfrutar y vivir, incluso cuando solo miran la silla.