Después del diagnostico de EM, mi vida dio un giro de 180 grados, tengo que reconocerlo. Muchas cosas coincidieron en apenas tres meses que me dejaron desnorteado. Soy un fiel creyente de que las cosas que nos ocurren tienen dos caras, dos lados, dos filos o cuando la tortilla se da vuelta. El punto de hoy es, al mal tiempo buena cara, pero cuando hay mala cara? que hacemos?
No tengo muchas ganas de describir mis síntomas, acontecimientos o trivialidades del día a día. Quiero sacar del fondo de mi subteniente (subconsciente) mi verdadero estado anímico. Es como hacer una radiografía del alma, un ejercicio metafísico de verme a mi mismo desde afuera.
No puedo negar que este premio me ha hecho más cuesta arriba mi vida. Hay momentos en que tengo toda la fuerza del mundo para mover la tierra, el cielo y el mar, pero por otro lado, quisiera tirar la toalla sin saber cuantos rounds faltan o cuanto tiempo llevo sobre la lona.
Estoy en la media edad, 45 años, lo que significa un cambio radical en mis perspectivas, horizontes y sueños. No voy a entrar en elucubraciones sobre que hubiera pasado si me da a los 10 años o a los 60 años. No soy a favor de analizar escenarios inexistentes, sin embargo, si me interesa que rumbo voy a tomar. Y todavía no lo sé.
Recientemente, falleció Mario Benedetti, escritor uruguayo del que había leído algunas cosas, principalmente poemas. Reproduzco uno que parece que fue hecho para mí:
No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus
miedos, liberar el lastre, retomar
el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus
sueños, destrabar el tiempo, correr
los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el
miedo muerda, aunque el sol se
esconda, y se calle el viento, aún
hay fuego en tu alma, aún hay vida
en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también
el deseo, porque lo has querido
y porque te quiero, porque existe el
vino y el amor, es cierto. Porque no
hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te
protegieron, vivir la vida y aceptar el
reto, recuperar la risa, ensayar un
canto, bajar la guardia y extender
las manos, desplegar las alas e
intentar de nuevo, celebrar la vida
y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme, aunque el
miedo muerda, aunque el sol se
ponga y se calle el viento, aún hay
fuego en tu alma, aún hay vida en
tus sueños.
Porque cada día es un comienzo
nuevo, porque esta es la hora y el
mejor momento. Porque no estás
solo, porque yo te quiero.
Las enfermedades, de acuerdo a un par de autores, son parte de nuestra salud. Es decir, el hecho de que tengamos una enfermedad, no quiere decir que no estemos saludables y viceversa, quien esta sano, no está libre de tener alguna dolencia. Profundiza todavía sobre los síntomas que nos atacan, de acuerdo al órgano afectado, algún problema de comportamiento tenemos.
Me recuerda mucho la medicina ayurvedana. Donde las enfermedades corresponden a un trauma o a un acontecimiento en nuestras vidas que desencadenó la falla. Por medio de hipnosis se puede llegar al problema e intentar resolverlo. Muy interesante pero fuera de mi alcance ir a la India en estos momentos. Mucha arena para mi camioncito, aunque haga dos viajes.
Trayendo la pelota al suelo, volviendo a la catracha realidad, intento descubrir también si tengo depresión. Es verdad! no sé si padezco de depresión o no. Obviamente, no me siento deprimido, pero será que yo me puedo autodiagnosticar? Claro que hay exámenes y consultas donde un profesional me puede ayudar y decir científicamente si la tengo o no, pero el chiste es: cómo me veo yo? Eso es lo que me interesa. Actualmente, no me puedo abstraer de mí mismo. Parece que el alma estuviera presa del cuerpo, - bueno es lo normal - pero quisiera hacerme un autoscanner y eso es lo más difícil.