15 enero 2018

Congreso Nacional de Honduras

La filosofía positivista es la rige nuestra época, el pensamiento positivo está basado en el método científico, donde un hecho que se repite dos veces vira ley. De acuerdo con algunos autores, la Arquitectura Moderna está basada en el Positivismo, teoría desarrollada por Auguste Comte en el Siglo XIX, donde la connotación de la producción arquitectónica representa una apología a lo sistemático y preciso de las formas.

Las bases de esta corriente arquitectónica, con influencias innegables de Comte, especifican que uno de los principios de diseño, resumido por Louis Sullivan (1856 – 1924) en su famosa frase:  La forma sigue a la función (The form follow function), es una metáfora de la eficiencia moderna. Mies Van der Rohe, (1886 – 1959) aportó otro, Menos es más (Less is more), que corresponde a la abstracción del individuo a favor de la universalidad.
 


La Arquitectura Moderna no solo se caracterizó por la simplificación de las formas o la ausencia de ornamento y la renuncia consciente a la composición académica clásica, sino por su estética con referencias a las distintas tendencias del denominado arte moderno (cubismo, expresionismo, neoplasticismo, futurismo, etc.).

Pero fue, sobre todo, el uso de los nuevos materiales como el acero y el concreto armado, así como la aplicación de las tecnologías asociadas, el hecho determinante que cambió la manera de proyectar y construir los edificios o los espacios para la vida y la actividad humana.

En la segunda mitad del siglo XX se fueron produciendo tanto nuevos desarrollos del movimiento moderno en sus múltiples posibilidades, como alternativas críticas. El Congreso Nacional de Honduras, es un imponente edificio es considerada como una de las piezas arquitectónicas más representativas de la arquitectura de vanguardia nacional, y yo agregaría internacional.



En la década de los 50 este poder del Estado sesionaba en un antiquísimo edificio de madera y adobe, en donde también funcionaban las oficinas de Educación Pública, algunas Facultades Universitarias, la Lotería Nacional y el cuartel de artillería o de Cabos y Sargentos. Se procedió a la demolición del antiguo inmueble y mientras duró la construcción del edificio, las oficinas legislativas fueron trasladadas al edificio del Teatro Nacional Manuel Bonilla.

La condición del terreno con una pendiente bien pronunciada hacia el rio, en el límite sur del centro histórico, fue ocupado con planta libre y dos volúmenes construidos sobre los pilotes, que albergan el hemiciclo y las oficinas administrativas, unidas por un puente. Una excelente aplicación de la carta de Atenas. En el hemiciclo está la sala de sesiones, con una particular forma curva y la acompaña un paralelepípedo de seis pisos que contrasta suavemente en el conjunto.

El responsable por esta obra de arte fue el arquitecto Mario Valenzuela, quien describió a grandes rasgos su proyecto: “dada la estrechez del terreno y por su topografía no uniforme, característica de la ciudad capital, adopté la solución de levantar el edificio sobre 34 columnas forradas en aluminio a exactamente seis metros sobre el parque La Merceda partir de se levantarán las estructuras de la Asamblea y la del cuerpo de oficinas unidas por un robusto puente”. 

Ambos edificios tienen materiales de revestimiento. Están recubiertos por piedra de color, pulida y sin juntas visibles. Asimismo, las escaleras que dan acceso al hemiciclo, son de mármol blanco. Todos materiales durables y de bajo mantenimiento. Hacia el Norte están los ventanales del edificio administrativo y los “brise soleil” del volumen destinado a la sala de sesiones. 











En la planta libre del edificio funciona como un área pública, frente al Parque La Merced, ofrece un momento de esparcimiento y recreo. Las columnas revestidas en aluminio realzan en el ambiente, por su elegancia y esbeltez. Hay también cinco estatuas de mármol, que simbolizan: El trabajo, La Industria, La Agricultura, El Comercio y La Ciencia.

Es la aplicación Ipsis litteris de los principios dictados por Le Corbusier, sin embargo, significó dar alma al edificio, mismo representando entrar al mundo moderno no dejó de lado el autor en esta obra su referencia a la contemporaneidad humana.
  

Fotografías del Folleto Histórico del Congreso Nacional de Honduras. 1952
Proyecto en sketchup del Congreso Nacional 2010
Sketch del autor

02 enero 2018

Catedral Metropolitana de San Miguel de Tegucigalpa


Es la más grande estructura colonial y su construcción data de 1765, diseñada por el arquitecto guatemalteco José Gregorio Nacianceno Quiroz. La iglesia fue elevada a Catedral en 1916 y declarada Monumento Nacional en 1967. Está ubicada en el Casco Histórico de Tegucigalpa, al Este del Parque Central y es dedicada al Arcángel San Miguel, patrono de la ciudad.

Los materiales con que fue construida consisten en su mayoría en piedra tallada ligada con mezcla cubierta con una capa de argamasa. El ladrillo de barro rafón fue empleado para los relieves y molduras usados en la decoración del templo.

La estructura mide 60.00 m de largo por 11.00 m de ancho y 18.00 m en su parte más alta.  El espesor de las paredes es de 2.70 m en la entrada principal y en el interior de 1.25 m. La edificación consta de una nave cubierta por una bóveda de cañón, cuyo peso se distribuye en las paredes que delimitan la nave central. La bóveda de cañón posee nervaduras que transmiten los esfuerzos hacia las gruesas paredes, reforzadas por columnas o contrafuertes para disminuir el empuje lateral. Esto permite transmitir las cargas al suelo, además de tener oportunidad de iluminar la nave central colocando ventanales, entradas o retablos en el espacio de cada arco.

La fachada de la catedral es de influencia barroca, está compuesta por dos torres o campanarios y un cuerpo central. Hay cuatro nichos donde están colocadas esculturas en estuco de los arcángeles de la Milicia Celestial, capitaneados por San Miguel.

Sobre la clave, se destaca un medallón en estuco decorado alrededor con volutas y ramilletes de flores en el que se lee, “San Miguel Arcángel ven en auxilio del pueblo que Dios te ha confiado”.

Existen cuatro pináculos o almenas, dos a cada lado, que ornamentan la fachada y la cúspide la remata una linternilla que sostiene en su parte superior una cruz de hierro. El sistema de aguas lluvias de la bóveda principal recolecta por un canal, a ambos lados, que drena hacia los jardines laterales por medio de gárgolas.

El piso está conformado por piezas de granito blanco de 1.50 por 1.50 m colocadas de forma diagonal del eje principal de la nave central.

El altar principal está techado por una bóveda de planta octagonal, la cual descansa sobre un tambor de 4.00 m de alto. En cada lado del tambor existe una ventana o lucerna en forma de arco de medio punto, con un vitral transparente reticulado en 5 partes verticales y 8 partes horizontales.

Es importante recalcar que el tambor se encuentra apoyado sobre 4 pechinas y que en cada una de ellas se encuentran las imágenes en estuco de los cuatro evangelistas (San Juan, San Mateo, San Lucas y San Marcos).

Coronando el tambor podemos observar una cornisa en la intersección entre pared y pared se pueden observar elementos decorativos en forma de pináculos.  Estos elementos se encuentran en la fachada de la iglesia, alrededor de la nave y en otros puntos de la iglesia.

Los capiteles de las columnas poseen varias molduras alusivas al cornisamiento jónico, reminiscencia del estilo neoclásico.

La entrada a la capilla esta adornada por un frontón adosado a la pared de adobe. El frontón posee similares molduras que las observadas en las columnas. Además de tener unas de las molduras hechas de madera, que aparentan ser adiciones a la construcción original.

El techo del ábside está hecho por medio de una bóveda de cañón, que arranca de uno de los arcos que sirve para sostener la bóveda de 8 lados. La bóveda consecuentemente se apoya en las paredes transmitiendo los esfuerzos a las columnas y luego al suelo. Para soportar los esfuerzos horizontales generados por la bóveda existen, en la parte exterior del ábside, contrafuertes en cada lado, además de la pared de la capilla que ayuda a distribuir las cargas.

El ábside posee dos ventanas, una a cada lado. Estas tienen una forma octagonal con una moldura en la parte exterior de la misma. El vidrio es reticulado en 15 secciones y se empleó vidrio transparente.
Existen dos capillas adosadas a la nave central de la iglesia cada una con un altar. El techo de estas capillas es otra bóveda de cañón formada por los arcos laterales de la cúpula. Las capillas rematan en una pared que tiene otro arco que soporta la bóveda. Junto con el altar, las capillas forman el transepto de la iglesia. La capilla de la izquierda está dedicada al Santísimo Sacramento y la otra al Señor de las Misericordias.

En la entrada de la iglesia se encuentra un portón de dos hojas, con postigos y decorada con chapetones de bronce y sobre el nártex se encuentra el coro. A la derecha del nártex se ubica el baptisterio, este espacio se destaca porque presenta una pequeña bóveda que descansa sobre cuatro pechinas decoradas en “ataurique”. En el baptisterio también podemos observar una pila bautismal tallada en piedra y data del año 1643.

Los elementos más altos del frontispicio son dos torres, una a cada lado, que enmarcan la fachada de la Catedral. Horizontalmente poseen 5 cuerpos. Los primeros dos son de igual tamaño que la fachada principal. El tercero y el cuarto llegan a la altura del tercer cuerpo de la fachada principal. Las torres son rematadas por un quinto cuerpo que es una cúpula de 6 lados rodeada por cuatro pináculos.

El primero y segundo cuerpo son masivos y sólidos. Son la antítesis de la fachada principal en donde se expresa una gran variedad de formas. Luego le sigue una balaustrada ciega y termina con un remate de cornisa. El tercer y cuarto cuerpo son los campanarios. Las cuatro paredes tienen aberturas con arcos de medio punto. El quinto cuerpo lo conforma una cúpula, coronada por una cruz de hierro, igual a la de la fachada principal.

Esta construcción, que duró alrededor de 16 años, tiene aspectos de orden clásico, sin embargo, los trazos arquitectónicos, que fueron traídos desde Guatemala, los nichos de la fachada evocan una tipificación del barroco. La Catedral marca la transición ideológica del siglo de oro a una generación criolla ilustrada, revestida con un fervor reformista. Sin duda alguna, la Catedral Metropolitana de San Miguel, marca un hito arquitectónico e intelectual en la historia de Tegucigalpa.