09 agosto 2009

Nubarrones

Es inevitable. Hay días soleados que, de repente, se transforman momentáneamente en fríos y oscuros. Algún nubarrón nos opaca el buen tiempo. Claro, esto es pasajero, pero mientras no veamos el sol nos sentimos mal.

Se pueden pasar días o semanas con un horizonte despejado y en el momento menos esperado, nos cae una sorpresiva lluvia. De vez en cuando, la tristeza nos abraza, por alguna razón que el corazón desconoce, un millón de dudas e inseguridades nos inundan.

Nos cuestionamos muchas cosas, la soledad, el matrimonio, los hij@s, el trabajo, l@s amig@s, en fin, pareciera un laberinto sin salida. No tengo una fórmula mágica para salir de esta nube, mucho menos sabiduría para dar consejos, pero puedo decir lo que yo hago: la disfruto! Por algunos momentos en que ni me puedo ver al espejo, intento sacar toda mi ira, frustraciones, resentimientos, saboreo estos platos indeseados y listo, me recuerdo cuando me obligaban a comer flor de isote, guacala!

Como me estoy volviendo especialista en vivir el hoy y descartar el futuro, principalmente por mi frágil y efímera existencia, intento dar rienda suelta a las cosas que me alivian el alma: escribir, ayudar a los demás, dibujar, disfrutar las amistades (CB), leer y correr atrás de mis proyectos.

En los momentos grises, lo ideal es establecer conexiones, construir puentes de entendimiento con las personas que nos quieren y que queremos. No hay nada mejor que un día atrás de otro. El día puede terminar mal. Sin embargo, al día siguiente vuelve el sol a brillar.

En muchos casos, hay una nube que nunca se va, que permanece con mostros como parte de nuestra vida, en mi caso, esta nube es la EM. Vino a opacar ciertas actividades pero siempre me pega el sol, siempre hago mis conexiones y mis puentes. Lo bueno es que hay puertos seguros. Es un poco egoísta la EM, me tiene atento a cada síntoma que pasa conmigo y me olvido de quienes me rodean. No lo hago de propósito.

Me ayuda más ayudar que ser ayudado. Me olvido de mis problemas para tratar las carencias de otras personas. De repente, me da pena ser ayudado, pero que puedo hacer? Como ya lo había descrito en otras entradas, cuando recibo una demostración de consideración valoro mucho a la persona que me la hace, en serio. Guardo ese gesto en el lado izquierdo del pecho.

Si los días están hechos de una sucesión de situaciones, qué mejor ahorro si guardamos las positivas y digerimos las negativas. Buen provecho!!!

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