27 enero 2017

Privilegio

Quien tiene el privilegio de vivir, sabe que el tiempo es caprichoso. 

A veces, sus lecciones son tan repentinas que casi nos ahogan, otras veces, se depositan tan despacio como un gotero.

Delante de la avidez de nuestras preguntas, quien tiene el privilegio de vivir, aprende a ver con serenidad el torbellino de la vida: amores eternos se extinguen, urgencias se tranquilizan, pasos ágiles se transforman en ruedas.

Todo cambia, cambia la gente, cambia la familia, cambian los amigos, solo el tiempo permanece igual, siempre cambiando, esculpiendo rasgos en mi cuerpo y dejando marcas imborrables.

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