Me he dado cuenta que mi
EM me ha ido confinando cada vez más. Socializar con amigos o familiares, se ha
tornado una actividad digital. Confieso que hay una línea bien tenue entre
sentirme autónomo y aislarme del mundo real.
Las comunicaciones ahora
son vía texto, no es necesario oír o ver al interlocutor. Todos estamos
sumergidos en el celular. Cuando me refiero a todos, quiero decir todos
los humanos, desde los más pequeños hasta los mayores, cada uno con su grupo,
sus pares.
Este comportamiento,
tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado, hago cosas que me obligan a ser
una persona independiente, pero por otro, las personas se pueden dar cuenta más
rápido de las cosas que tú haces, sean buenas o malas.
La cortesía ha
desaparecido, la cordialidad está agonizando y las buenas acciones se limitan a
realizar tareas en tu casa. Ahora, Facebook, Instagram y Twitter son el palco para
difundir estas actividades que, por cierto, se pueden usar tanto para alabar
como para insultar a los demás, atrás de la cortina del anonimato.
Disfruto jugar dominó.
Conversar sin saber el tema, reírme de todos, inclusive de mi mismo. Me cansa
hablar de la EM. Cierto día, una persona que llamé para participar en alguna
actividad de la EM me dijo muy sinceramente, “no quiero saber nada de personas
con la enfermedad”, hasta ahora entiendo lo que quiso decir: respirar este
padecimiento no es bueno.
La fatiga es algo que me
afecta pero que ignoro. Descansar o dormir no la eliminan, la empeoran. El
dolor no lo puedo esconder, no se lo digo a nadie, pero me limita mucho. Como
evitarlo? No sé. Hay días que me siento lleno de vitalidad, otros que quiero
hacer las cosas, pero no hago nada y momentos en que hacer algo me entretiene
la mente y el cuerpo.
La computadora se ha
tornado inseparable, al principio era solamente una herramienta de trabajo,
ahora también es un medio de comunicación, tal vez por eso, sea el motivo de mi
retomada del blog, desahogarme para sentirme mejor. Es algo inexplicable, el
hecho de plasmar mis pensamientos hace con que disminuyan mis problemas. Un buen
remedio que no tiene contra indicaciones.
Es muy probable que esté
bien informado, que lea mucho, pero no es lo que deseo realmente. Escuche una
definición de la vida que se aplica perfectamente a mi situación: hay que jugar
con la mano que tienes. Tengo que hacer lo que esté a mi alcance, siempre hacer
más de lo que se permite, empujar los límites que me detienen, cero
conformismos.
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