Con la creatividad de los políticos de turno, no está lejos
el día que comiencen a cobrar impuesto para usar las sillas de ruedas. Seria
por cada metro recorrido en las calles, porque en las aceras sería imposible,
estarían llenas de carros estacionados, parados por falta de dinero para el
combustible, o por la falta de gasolina en el mercado. En las calles dividiríamos
el espacio con los caballos y las carretas.
Pero, para qué pensar en el futuro? Se imaginan lo que harán
con este país? No soy fan del género terror. Cada vez más me doy cuenta de que somos
una cosa abstracta. Siempre surge un político para traducir nuestras
pretensiones, claro, a su imagen y conveniencia.
Reducido a mi esclerosis y a las deudas, sigo el consejo los
buseros: “todo en la vida es pasajero”. Cierro mi corazón con más cuidado que
las puertas. Ya nada me interesa más. Bien sabemos, estimado lector, que todo se vuelve una
mentira. La Policía, la Fiscalía, el Gobierno. Están presentes, sin embargo,
son un mero recuerdo, también se volvieron abstractos.
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