Hoy se celebra el día de la Patrona de Brasil, Nossa Senhora Aparecida. Aquí en la casa, tenemos una imagen linda, que Sandra trajo de Rio de Janeiro en su ultimo viaje. La llevamos a misa, ayer domingo, y el padre Paiz la bendijo. Fue una ceremonia muy bonita donde Thiago cantó mas inspirado que de costumbre.
Las Patronas de los países tienen la virtud de infundir respeto, devoción y el sentimiento de nacionalidad. Obviamente, en esta época que Brasil está muy de moda en Honduras, nada mejor que encomendarle una oración a la Virgencita.
Este motivo sirvió para que Sandra llamara a nuestros amig@s a celebrar este día, después de la misa, aprovechando que hoy, lunes 12, es feriado por el descubrimiento de América. Fue una excelente ocasión para reunir todo el grupo nuevamente y tener la presencia de una pareja con un gran carisma, Ramón y Conchita.
La pasamos muy bien. Sandra cocinó una lasaña de camarones y hongos, cosa que me sorprendió pues es amante de la cocina brasileña. Finalizamos con un postre delicioso, pudim de leche condensada, especialidad de la dueña de casa.
De esta vez, me tocó ayudar en la cocina de verdad. No hay empleada los domingos. Thiago acabó colaborando y dejando de lado su práctica de Kendo y Camila, que fue a San Pedro Sula a ver el partido, sólo regresaba por la noche. Me tocó a mí. Corté hongos, pan, ralle queso, limpie aquí, allá, etc. Lo hice con buena voluntad, por un lado para recibir a los amig@s, que siempre nos reciben muy bien, y por otro lado, para no dejarle toda la carga a Sandra.
Por la noche, después de misa, todos vinieron a casa y nos quitamos el stress. Debería ser obligatorio reírse tres veces al día. Fue muy agradable la reunión. Después de medianoche ya todos se regresaron a sus casas pues los hijos sí tenían clases. Los feriados fueron eliminados para las escuelas privadas, Gracias a Dios.
Pensé que iba a tener dolores en la espalda por el esfuerzo hecho, por increíble que parezca, fue una hazaña para mí. Sin embargo, no tuve ningún contratiempo. Apenas un dolor de cabeza persistente que me acompañó gran parte del día de hoy, pero nada más.
Tuve una agenda corta hoy, pero la reunión más importante que tenía, fue cancelada, para mi tristeza. Aproveché lo que pude y de regresó en casa pude continuar trabajando en la computadora. Lo que estoy percibiendo es que por cada esfuerzo que realizo, tengo que descansar un periodo de tiempo para reponer las energías. Nueva descubierta.
Me anticipé al dolor y me puse el último parche de mentol en la espalda. Me ayudó mucho. Fue por pura precaución, sin embargo, no tuve inconvenientes mayores. Gracias a la Virgen.
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