400 años después de haber descubierto el telescopio, con fines astronómicos, las Naciones Unidas designó el 2009 como el Año Internacional de la Astronomía. Una área que capta mi interés. No está lejos el día que regrese a la facultad para finalizar mi maestría en Astronomía y Astrofísica. Hasta allá, sigamos contando lo que se celebra este año.
Cuatro siglos antes, la Iglesia Católica acusaba a Galileo Galilei 1564-1642 (retrato), de hereje. Ahora, resulta que el Museo del Vaticano acaba de inaugurar una exposición llamada AStrum 2009 Astronomía e Instrumentos donde exhiben objetos, instrumentos, manuscritos y libros de astronomía. Entre ellos, figura una réplica del telescopio usado por Galileo en 1609 para observar las estrellas, marcando así el nacimiento de la astronomía moderna.
Su padre, Vicenzo, músico por vocación y comerciante por obligación, estimuló a Galileo en sus estudios de medicina, sin embargo, no lo desanimó cuando descubrió su pasión por las matemáticas. Gracias a Pitagóricas y Arquímides, buscó la verdad sin apoyarse en argumentos dogmáticos.
Físico, astrónomo, matemático, entre otras cosas, se le puede considerar el padre de la Dinámica y de la Resistencia de Materiales. Sacó a la luz las leyes del movimiento pendular y del movimiento acelerado. Muchas de sus investigaciones fueron publicadas y sirvieron de base a científicos de la talla de Isaac Newton, por citar al más conocido.
Aunque se destaca por el perfeccionamiento del telescopio, pasó su vida inventando o mejorando aparatos prácticos, como, la balanza hidrostática, el termoscopio, ancestro de la bomba hidráulica y el pulsómetro, para medir el tiempo.
Llegó a sus oídos que el holandés, Hans Lippershey, había desarrollado un instrumento óptico, haciendo que objetos distantes parecieran cercanos, por medio de una combinación de lentes cóncavas y convexas.
Galilei se dio cuenta de la importancia de este aparato y lo buscó por toda Venecia. No sólo encontró el juguete sino que lo perfeccionó superando al original, pues este no deformaba la imagen y la consiguió ampliar en hasta 6 veces más el tamaño real.
El telescopio permitió observar esos objetos enigmáticos que decoran el cielo y que despiertan nuestra curiosidad. No tardó mucho Galileo en descubrir que la Luna tenía montañas, las 4 lunas de Júpiter (llamadas Galileanas), las manchas solares (que le causaron ceguera), detectó las fases de Venus y divisó cometas. Por todo esto tiene bien merecido el titulo de Padre de la Astronomía.
Sin embargo, en un mundo geocéntrico, las teorías de Copérnico se difundían clandestinamente y cada descubrimiento de Galileo, lo enfrentaban cada vez más con los dogmas de la Iglesia Católica, que consideró una herejía que la Tierra giraba alrededor del Sol.
La acusación de la Santa Inquisición destacaba: " La doctrina de que la Tierra no se halla en el centro del Universo ni está inmóvil sino que gira, incluso diariamente, es absurda y falsa, desde el punto de vista psicológico y teológico y constituye al menos, una ofensa a la fe."
El 22 de junio de 1633, Galileo fue obligado a retractarse públicamente: "...abjuro, condeno y detesto dichos errores y herejías...", no se sabe con seguridad si llego a decir: " ...sin embargo, se mueve." Dos siglos después, la Iglesia borró la obra de Galileo de los libros prohibidos y en 1992, el Papa, Juan Pablo II, admitió que la condena había sido un error. Ahora, con cierto orgullo, la Santa Sede muestra los instrumentos usados por quien un día fuera condenado como hereje.
Y las leyes naturales continúan su curso. indiferentes a lo que los humanos decidan. En vez de pretender cambiar la naturaleza, bailemos a su ritmo, sigamos con la mirada en las estrellas, tal vez así, conozcamos más de nosotros mismos.
Olá Luis, esqueci de te contar, meu irmão é astrofísico e tem um blog com muita coisa legal, ele é professor na Univap. Dá uma olhadinha lá http://colunas.g1.com.br/observatoriog1
ResponderEliminarVeja se gosta!
Bjs