Después de hacer canopy, buceo, mountain bike y senderos en 4 x 4, voy a narrar la experiencia de mi nuevo deporte extremo: Recoger el medicamento.
Salimos a las 8:30 am en punto, tal como habiamos programado con mi esposa, Sandra, armados de una hielera con 8 packs de hielo seco congeladísimo, jeans, celulares cargados y mucha tensión. Agarramos un poco de embotellamiento por el final de la rush hour, pero no fue difícil llegar al local. Mi corazón, a medida que nos ibamos acercando al HE, se acelaraba cada vez más. A cinco minutos de la entrada ya se me salia por la boca, ensayando mentalmente qué decirle al guardia de la entrada para poder acceder - "es que soy del FBI y vengo a revisar los equipos que se han robado del Hospital", o esta, "vengo con la Dra. Green (Sandra) para una brigada médica de los USA" - tomamos más tráfico para llegar al portón, lo que aumentó la emoción, finalmente, llegamos a la puerta, bajo despacio el vidrio del carro y cierro los ojos para que Dios me inspire - y me ayude - el guardia abre el portón y ni se inmuta conmigo! Sí, sólo lo abrió y pasé sin decir una palabra. Prueba superada.
En seguida, pasamos por los estrechos senderos dejados por la cantidad de carros estacionados en cualquier espacio disponible, digno de una prueba de rally o de pericia al volante. Como no puedo caminar muy bien, preferí bajarme cerca de la puerta donde generalmente entro y le dije a Sandra se quedará estacionada mientras iba por el medicamento, pero fue imposible, no había como maniobrar. Para no perder tiempo, salió del estacionamiento y volvió a entrar, no sé como, pero lo hizo.
Yo me dirigí directamente al objetivo: la Farmacia, me atendió la doctora de costumbre, pero antes de darme la medicina, cuando ya estaba casi en mis manos, me salió un ser extraterrestre muy violento, pero inofensivo, no le paré bola y seguí con mi objetivo: recuperar el botín. Finalmente, después de conversar algunas cosas respecto a la nueva presentación, pude ver en la hielera las 9 cajitas tan preciadas. Segunda prueba superada. Estas me durarán 15 días, cuando volveré a practicar mi nuevo deporte extremo.
Salí despacio por los pasillos del HE, llenos de gente caminando en todas direcciones, sintiendo que alguien me observaba, hasta que llegué al parqueo, donde llamé a Sandra para completar la operación rescate. Ella estaba muy bien estacionada y vino hacía mí en segundos. Salimos en dirección a la Universidad para dejarme en mis clases y ella a la casa para colocar el Betaferon en la refrigeradora. Tercera prueba superada y fin del juego.
Fueron 90 minutos de pura adrenalina, con muchos obstáculos que superar y con un objetivo para ganar el juego: obtener el tesoro. Fuente de vida, bueno no precisa exagerar, pero digamos garantiza una vida mejor. Cosa que estamos en veremos.
Tengo más dificultad para caminar que antes, me incomodad la espasticidad que no tenía, la memoria me traiciona, en fin, sin embargo, como dice mi esposa, quien sabe estaría peor sin el medicamento. Cómo saberlo?
Eres un buen ejemplo!
ResponderEliminarUn abrazo!
Fermin, instructor de buceo Mexico