25 octubre 2009

En la cuerda floja


Recuerdo que cuando estudiaba en Rio de Janeiro, decíamos con mis amigos, que nos gustaba andar en la cuerda floja. Es decir, andar en cada aventura llena de adrenalina, aprovechando cada minuto en ese interesante país.

Ahora, andar en la cuerda floja significa para mi, caminar diariamente por la calle. Si, parece que ando en la cuerda floja debido a la pérdida acentuada del equilibrio. No he llegado a caerme, tipo aterrizar, pero estuve cerca. El otro día perdí el equilibrio, no fue un simple tropiezo, bajando las gradas de un restaurante, llegué a apoyarme con la mano derecha, casi beso el suelo. Por suerte la llegada providencial de mi ángel de la guarda, evito que se repitiera lo sucedido.

He tomado religiosamente el interferon durante un año exacto. Este mes cumplo un año de haber sido diagnosticado con EM. Los primeros cuatro meses el Avonex y los ocho meses restantes, el Betaferon. No ha habido mucho avance en el control de la enfermedad. No es pesimismo, hasta quisiera que mejorará milagrosamente mi condición, pero me mantengo en el mismo estadio.

Además del equilibrio, otro aspecto que se ha agudizado es el sentimentalismo. Por increíble que parezca, antes admiraba a las personas que lloraban en una película, algo casi imposible para mí. Ahora, hasta con correos electrónicos con filosofía tipo fast food, se me aguadan los ojos. Como que siento más la tristeza y la alegría que antes. O me causan más efecto en mis emociones.

Las actividades físicas de esta semana fueron más intensas jueves y viernes. No me he sentido físicamente débil. Mi disposición ha sido la misma, sin embargo, me cuesta mucho tomar la iniciativa, tengo que pelear conmigo mismo para realizar ciertas cosas. Alguna fuerza cósmica no me deja tomar ciertas direcciones.

Espero mejorar mi forma de caminar, pero para eso, tengo que cuidar mi peso corporal. Retomar la dieta saludable que mantuve por largos años, para evitar los males provocados por la mala alimentación.

El equilibrio que me afecta, no solo es físico, sino también emocional, nutricional y económico. Obviamente, que la regla del equilibrio: la sumatoria de las fuerzas debe ser igual a cero, no se aplica siempre así, depende de que estamos hablando. Entre tanto, continuo cuidando mis pasos y mis acciones para no lastimarme.

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